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El Credo de Buda

- No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos.
- No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo crean.
- No creáis en nada porque así lo hayan creído los sabios de otras épocas.
- No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os lo inspira.
- No creáis en lo que dicen las sagradas escrituras, sólo porque ellas lo digan.
- No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano.
- Creed únicamente en lo que vosotros mismos hayáis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia.

BUDA

2010/07/01

QUIÉN FUÉ EL MAESTRO KUTHUMI? (Koot Hoomi)

QUIÉN FUÉ EL MAESTRO KUTHUMI? (Koot Hoomi)


En esta presentación sobre el Grande y Santo Maestro Kuthumi aprendemos el significado del balance kármico a través de sus pasadas encarnaciones. Como el incisivo filósofo y matemático Pitágoras, el devoto sacerdote Mago de Babilonia, El mendicante y devoto Francisco de Asís, el egoísta y despiadado Rey Mughal Shah Jahan quién trató de extender su imperio por todo el sub-continente de la India y construyó el magnífico Taj Mahal, y finalmente como el Mahatma Koot Hoomi Lal Singh, el maestro que sirvió de guía a madame Blavatsky y a Henry Steel Olcott para que fundaran la Sociedad Teosófica, tenemos hoy a la misma alma del Maestro Ascendido, Chohan del Segundo Rayo de Amor y cabeza de la oficina del Cristo de la Gran Hermandad de la Luz. Él trabaja íntimamente con el Gran y Santo Maestro Sanctus Germanus para preparar al mundo para recibir al Maestro del Mundo en cualesquiera forma que esa gran posición tome en el futuro.

Kuthumi como Ateliades y Euforbo

Eruditos de la antigua filosofía griega mencionan (ver más adelante) que Pitágoras recordaba perfectamente sus vidas anteriores e introdujo la idea de la reencarnación y la transmigración del alma a los antiguos griegos. Pitágoras contó que en una vida anterior fue Ateliades, quién era considerado hijo del dios griego Hermes. Hermes le concedió que escogiera lo que quisiera excepto la inmortalidad, así que él pidió, vivo o muerto, siempre recordar todo lo que le sucediera. Por lo tanto en su vida él lo recordó todo, y cuando murió retuvo las mismas memorias de sus vidas anteriores.

Ateliades murió y reencarnó como Euforbo, guerrero durante la guerra de Troya. Cuando Euforbo murió su alma pasó a la de alguien llamado Hermotimo. Hermotimo quiso producir pruebas de sus vidas anteriores así que fue donde Branquidao, entró en el templo de Apolo y señaló el escudo que Menelao había dedicado. Dijo que él le había dedicado el escudo a Apolo cuando navegó de regreso de Troya; para entonces el escudo se había desgastado y lo único que quedaba era el relieve de marfil.

Cuando Hermotimo murió regresó como Pirro, el pescador deliano; y también entonces recordó todo – que había sido Ateliades, luego Euforbo, luego Hermotimo, y después Pirro. Cuando Pirro murió regresó como Pitágoras y también entonces lo recordó todo.

En la historia griega el concepto de la reencarnación como tal, dado por garantizado en el oriente, hizo su entrada a la cuna del pensamiento filosófico occidental a través de Pitágoras y sus vidas pasadas verificables.

El Maestro Kuthumi como Pitágoras, filósofo y matemático griego (582?-500?AC)

Nacido en la isla de Samos, Pitágoras fue introducido a las enseñanzas de los antiguos filósofos jonios Tales, Anaximandro y Anaxímenes. A los dieciocho años ya había aprendido todo lo que estos grandes maestros griegos podían ofrecerle y fue más o menos para esta época que tuvo una visión en la que le fue mostrada la “clave del universo” en forma de líneas geométricas, la ciencia de los números, el ritmo y la armonía de los números sagrados, la ley ternaria que gobierna las constelaciones, y la ley septenaria que controla toda la evolución.

Estimulado por su visión, Pitágoras se encaminó a Egipto para estudiar con los sabios egipcios. Al comienzo fue ignorado por ellos ya que pensaban que un griego no tendría la persistencia requerida para ahondar en los estudios profundos de estos misterios, pero él persistió y ellos finalmente cedieron y lo admitieron a sus colegios en los cuáles se destacó por su excelencia. Pasó todas las pruebas e iniciaciones de la época.

Tras veintidós años de estudio él llegó a dominar todo lo que estos hombres sabios tenían para enseñarle acerca de las matemáticas sagradas y la ciencia de los números. Cuando estaba a punto de regresar a su hogar en Samos los Persas atacaron Egipto y se llevaron a Pitágoras y otros magos egipcios como prisioneros a la lejana Babilonia.

Babilonia en aquellos días era una gran metrópoli en pleno apogeo de sabios pues además de sus nativos sacerdotes caldeos, quienes eran descendientes de Zoroastro, los persas habían capturado israelitas de Palestina al igual que los sabios de Egipto. Fue durante este tiempo que Pitágoras estuvo expuesto a todas estas otras doctrinas, religiones, cultos y prácticas de magia. Después de absorber todas sus enseñanzas él sabía más que cualquier otra persona acerca de las leyes y principios eternos y la ciencia de los números relacionada con los secretos del universo.

A partir del politeísmo griego, el trinitarianismo hindú, el dualismo persa y el monoteísmo hebreo, Pitágoras sintetizó una numerología esotérica propia, realizando así la visión que había tenido a los dieciocho años.

Después de treinta y cuatro años en el exterior Pitágoras obtuvo permiso para regresar a su hogar en Samos donde pretendía establecer una escuela esotérica. Pero Samos resultó ser muy pequeña y limitada así que en el año 530 AC él y su mama se trasladaron a una ciudad llamada Crotonia en Italia donde estableció su Escuela para Iniciados en la Ciencia de los Números. Sus estándares de admisión eran muy rigurosos, dando preferencia a los más jóvenes.

La escuela fue un éxito y su fama creció. Fundó un movimiento con metas religiosas, políticas y filosóficas conocido como pitagorismo. La filosofía de Pitágoras es conocida solo a través del trabajo de sus discípulos. Pitágoras no solo fue un pensador influyente sino también una personalidad compleja cuyas doctrinas trataban de lo espiritual al igual que lo científico.

Los pitagóricos se adherían a ciertos misterios, similares en muchos aspectos a los misterios órficos. Se prescribían la obediencia y el silencio, ayunos de comida, sencillez en la vestidura y pertenencias y el hábito de frecuente auto-examen. Ganó muchos seguidores de la ciudad de Crotonia misma y muchos de territorios extranjeros cercanos, tanto reyes como nobles. Lo que él hablaba a sus asociados nadie lo puede decir con certeza pues el silencio que conservaban era fuera de lo ordinario.

Pitágoras, como mencionamos anteriormente, afirmaba haber sido Euforbo, guerrero en la guerra de Troya, y que le había sido permitido traer a su vida en la tierra los recuerdos de todas sus vidas anteriores. Cuando él se estaba quedando en Argos vio un escudo de los restos de Troya colgado en la pared y estalló en llanto. Cuando Argives le preguntó la razón de su emoción él le contestó que ese había sido su escudo en Troya siendo Euforbo. No le creyeron y pensaron que estaba loco pero él dijo que les daría una prueba de que esto era verdad: en el interior del escudo se había inscrito EUFORBO en letras arcaicas. Debido a la naturaleza tan extraordinaria de esta afirmación todos urgieron que se bajara el escudo y resultó que en el interior realmente encontraron dicha inscripción. Consistente con sus vidas previas Pitágoras enseño sobre la inmortalidad y transmigración de las almas. Él parece haber sido el primero en introducir estas doctrinas a Grecia.

Entre las extensas investigaciones matemáticas llevadas a cabo por los pitagóricos figuran sus estudios de los números pares, impares y los números primos y cuadrados. Desde este punto de vista aritmético ellos cultivaron el concepto de los números, que se convirtió para ellos en el principio fundamental de toda proporción, orden y armonía en el universo. A través de esos estudios establecieron una base científica para las matemáticas. En la geometría el gran descubrimiento de la escuela fue el teorema de la hipotenusa, o teorema de Pitágoras, el cual establece que el cuadrado de la hipotenusa de un triángulo rectángulo es igual a la suma del cuadrado de los lados.

La astronomía de los pitagóricos marcó un avance importante en el pensamiento científico antiguo pues fueron los primeros en considerar a la tierra como un globo girando junto con los otros planetas alrededor de un fuego central. Explicaron el arreglo armónico de las cosas como el de cuerpos moviéndose de acuerdo a un esquema numérico en una sola esfera de realidad que lo incluye todo. Debido a que los pitagóricos pensaban que los cuerpos celestes están separados entre si por intervalos que corresponden a los largos armónicos de las cuerdas, ellos sostenían que el movimiento de las esferas da origen a un sonido musical-el de la “armonía de las esferas”.

Como Pitágoras, Kuthumi estableció las bases del pensamiento intelectual occidental. ¿Pueden imaginarse hoy en día un mundo sin números? ¿Sin matemáticas? Todo objeto depende de alguna medida para entenderlo. El trabajo de Kuthumi, al igual que el de Pitágoras, fue el de entrelazar leyes cósmicas al pensamiento diario del pensamiento occidental. Lentamente conceptos como el de la reencarnación del alma humana, ciertos inmutables principios matemáticos, y los orígenes de la tierra a través de la astronomía llegaron a formar la base del pensamiento occidental.

El Maestro Kuthumi como sacerdote Mago (circa DC)

De acuerdo al evangelio de Acuario, los tres magos que siguieron la estrella de Belén se llamaban Hor, Lun y Mer. Hemos explorado el rol de estos tres sacerdotes magos quienes advirtieron al padre José (San Germain) acerca de la traición del rey Herodes. José subsecuentemente se fue de Belén con María y el niño Jesús y se dirigió a Egipto.

Estos tres eran parte de la orden de los magos, una secta Zoroastra dirigida por tres jefes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar. Baltasar era el Maestro Kuthumi, Melchor el Maestro Morya, y Gaspar el Maestro Dwjal Khul durante esas encarnaciones. De acuerdo al evangelio de Acuario Melchor, Gaspar y Baltasar no conocieron al hermano mayor Jesús sino hasta que él era ya un adulto de veinticuatro años. Jesús había viajado a la India y Egipto donde pasó varios años aprendiendo los antiguos misterios de la Hermandad y a su regreso a Nazaret paró en Persia. Los otros tres magos, siendo clarividentes, sabían de su arribo y le dieron una calurosa bienvenida y lo invitaron a su hogar donde lo presentaron a Melchor, Gaspar y Baltasar.

Cuando los siete se reunieron se sentaron en silencio durante siete días, pues Jesús sabía que todos hacían parte de la Hermandad del Silencio. Jesús les enseñó de una manera tal que ellos supieron que él era el gran maestro ya que les ayudó a resolver muchas contradicciones de la religión zoroastra. Después Jesús desapareció.

Unos días más tarde, mientras los seis Magos estaban juntos, Jesús de repente reapareció ante ellos y declaró que ellos fueron los primeros en ser testigos de la transmutación de Jesús en la carne, pues él realmente se encontraba sentado en un jardín muy lejos de la casa. Esta transmutación fue profetizada para más adelante cuando él aparecería frente a los doce discípulos después de su crucifixión. Así que, como hermanos de la Hermandad del Silencio, los seis magos tuvieron un adelanto de la transmutación de Jesús.

El Maestro Kuthumi como Francisco de Asís (1182-1226)

Muchos siglos más tarde el Maestro Kuthumi reencarnó como el italiano Francisco de Asís, quien fundó la orden de los hermanos franciscanos de la iglesia católica.

Nacido en Asís, Italia como Francisco Bernardoni, recibió muy poca educación formal a pesar de que su padre era un rico comerciante de telas. Cuando joven llevó una vida mundana y sin preocupaciones. Después de una batalla entre Asís y Perugia, Francisco fue hecho prisionero y permaneció en Perugia por más de un año. Estando en prisión sufrió una enfermedad severa durante la cual se dice que tuvo una visión la cual habría de alterar su forma de vida.

De regreso en Asís en 1205 se dedicó a hacer caridad entre los leprosos y comenzó a trabajar en la restauración de iglesias destruidas. El cambio de carácter de Francisco y sus gastos para la caridad enfurecieron a su padre quién lo desheredó legalmente. Francisco entonces cambió sus ricas vestiduras por un manto de obispo y dedicó los tres años siguientes a cuidar los parias y leprosos en el bosque del monte Subasio.

Francisco de Asís escribió lo siguiente acerca de su misión: “El Señor me dio a mí, el hermano Francisco, esta forma para comenzar a hacer penitencia. Porque cuando yo estaba en pecado me parecía muy amargo ver a los leprosos. Y el Señor mismo me trajo entre ellos y yo hice misericordia con ellos. Y saqué de ellos, lo que antes me parecía amargo se transformó en dulzura de cuerpo y alma para mí. Y después de esto permanecí un rato y dejé el mundo”.

Esta afirmación resume la misión de Kuthumi como Francisco de Asís: 1) que Dios mismo le “dio” o dijo que hacer y 2) que esto era compartir su vida con los parias de la sociedad. Él interpretó el vivir el evangelio de Jesucristo no solo como penitencia, pobreza y predicación, sino ser testigo firme del evangelio para el mundo.

Al comienzo él se alejó del mundo y vivió la vida de un ermitaño. Restauró la capilla en ruinas de Santa María de los Ángeles. En 1208, un día durante la misa, él escuchó un llamado pidiéndole que se quitara sus ropas de ermitaño y saliera al mundo y, de acuerdo al texto de Mateo 10:5-14, que no poseyera cosa alguna, pero que hiciera el bien en todas partes; una interpretación muy proactiva del evangelio.

A su regreso a Asís ese mismo año Francisco comenzó a predicar. Reunió a su alrededor a doce discípulos quienes se convirtieron en los hermanos originales de su orden, más adelante llamada la Primera Orden; ellos a su vez eligieron a Francisco como superior. Todos los que se unieron a la orden tenían que vender sus posesiones y dar el producto de esto a los pobres. Ellos debían evitar todo contacto con el dinero excepto en el caso de las limosnas necesarias para cuidar de los hermanos enfermos y de los leprosos. En su solidaridad con los pobres y parias de la sociedad ellos no debían sentir vergüenza de pedir limosna porque “las limosnas son un legado y el derecho de los pobres”.

Los hermanos eran alentados a vagar por el mundo como ejemplo de paz, pobreza y humildad: como misioneros entre los no creyentes de la verdad. Para esto él obtuvo del Papa Inocente III la licencia para predicar en todas partes. En otras palabras, Francisco de Asís fue el precursor del predicador del evangelio.

En 1212 él recibió a una joven monja de noble cuna de Asís, Clara, a la confraternidad franciscana, y a través de ella se estableció la orden de las damas pobres (las Clarisas descalzas), más tarde conocida como la segunda orden franciscana. De 1205 a 1212 la orden evangélica de Francisco demostró ser atractiva para hombres y mujeres y creció rápidamente.

A finales de 1218 Francisco se dirigió hacia Tierra Santa pero un naufragio lo obligó a regresar. Otras dificultades le impidieron lograr hacer mucho trabajo misionero cuando fue a España con el fin de predicarle a los Moros. En 1219 él estuvo en Egipto, donde tuvo éxito predicándole al sultán pero no logró convertirlo. Francisco se dirigió entonces a la Tierra Santa y permaneció allí hasta 1220. Él deseaba ser martirizado y se regocijó al escuchar que cinco frailes franciscanos habían sido asesinados en Marruecos mientras cumplían sus obligaciones

A su regreso a casa encontró discordia en los rangos de los frailes por lo que renunció como superior y dedicó los pocos años siguientes a planear lo que se convirtió en la tercera orden de franciscanos, los terciarios.

En septiembre de 1224, tras de un ayuno de cuarenta días, Francisco se encontraba rezando en el monte Alverno cuando sintió dolor mezclado con alegría, y las marcas de la crucifixión de Cristo, la estigmata, aparecieron en su cuerpo. Los recuentos acerca de la aparición de estas marcas varían, pero parece probable que fueran protuberancias nudosas de la piel, parecidas a las cabezas de las puntillas. Francisco fue llevado de regreso a Asís, donde sus años siguientes estuvieron marcados por el dolor y la casi total ceguera.

Sabiendo que la muerte estaba cerca, antes de organizar una última cena” para sus hermanos, hizo que lo acostaran desnudo sobre la tierra desnuda. Francisco murió en la mañana del 4 de octubre de 1226.

Fue canonizado en 1228. En 1980, el Papa Juan Pablo II lo proclamó santo patrón de los ecologistas. En el arte, los emblemas de San Francisco son, el lobo, el pez, los pájaros, y la estigmata.

¿Mostró Francisco de Asís algunas de las señales de un místico? El estudio de sus escritos no lo indica así. Por el contrario, su vida siguió una casi que literal imitación de la vida de Jesús según se describe en las escrituras tradicionales y materiales litúrgicos. Fue una vida de devoción absoluta.

En la siguiente encarnación del Maestro Kuthumi como Shah Jahan, veremos como el balance kármico creo un caracter enteramente diferente.

El Maestro Kuthumi como el Emperador Shah Jahan (1628-1658)

El imperio Mughal fue fundado en1526 y es famoso porque se extiende a través de la mayor parte del subcontinente indio. Bajo la dirección de sus mandatarios llegó a alturas sin precedentes en el campo de la música, el arte, la literatura, y especialmente la arquitectura. El Imperio Mughal nació cuando Babur, con el uso de artillería superior, derrotó al mucho más grande ejercito de los Lodis en Panipat, cerca de Delhi. El reino de Babur se extendía desde más allá de Afganistán hasta la región de Bengala a lo largo de la planicie del río Ganges. Su hijo Humayun, sin embargo, perdió el reino a Sher Khan Sur, con base en Bihar, y huyó a Persia (ahora Irán). Luego, Humayun volvió a capturar a Delhi en 1555, poco antes de su muerte.

El hijo de Humayun, Akbar (“grande”), cuyo nombre refleja en lo que estaba a punto de convertirse, extendió el imperio Mughal hasta cubrir el subcontinente desde Afganistán hasta la bahía de Bengala y desde los Himalayas hasta el río Godavari. Los Mughals movían sus capitales con frecuencia: dondequiera que acampaban se convertía en capital. Construían ciudades y ciudadelas dentro de esas ciudades que eran como campamentos del ejercito. Los nobles vivían en tiendas con alfombras ricamente coloridas en el piso, y únicamente los salones para audiencias, las residencias reales y las mezquitas eran construidos en piedra.

En el curso de la dinastía, las ciudadelas crecieron en Lahore, dentro y alrededor de Agra, en la arquitectónicamente espectacular ciudad de Fatehpur Sikri, y cerca de la ciudad de Shahjahanabad (“ciudad de Shah Jahan”) para dar al imperio reputación por su esplendor arquitectónico. Aunque analfabeta, Akbar igualó el aprendizaje de su padre y abuelo con cortes enriquecidas por las letras y el arte Persa. Trajo bajo su control a los reyes hindúes Rajput, quienes gobernaban justo al sur y al oeste de Agra, al derrotarlos en batalla, extendiendo la tolerancia religiosa, y ofreciéndoles alianzas cimentadas por el matrimonio. Akbar se casó con dos princesas Rajput, incluida la madre de su hijo y sucesor, Jahangir.

En 1628 el Maestro Kuthumi encarnó como el tercer hijo de Jahangir en Lahore (ahora en Pakistán). Como joven príncipe comandó el ejercito de su padre, dirigiendo muchas campañas, pero en 1623, impulsado por las intrigas de la consorte imperial, él se rebeló. A la muerte de su padre en 1627, se precipitó a Agra a reclamar el trono, asesinó a todos sus rivales potenciales, y al año siguiente se apoderó del trono.

La mayor parte de los treinta años de reinado de Shah Jahan fueron consumidos en campañas militares en el Deccan, al que nunca logró subyugar totalmente. Pero sobre todo esto, su reino se distinguió por el esplendor arquitectónico del Taj Mahal y la mezquita de Perlas en Agra, y por la construcción de Delhi, la cual hizo su capital.

Bajo el reinado de Akbar, los Mughals habían creado un sistema de ingresos eficiente a través del cobro de impuestos sobre las tierras agrícolas. Una burocracia eficiente de recolectores de impuestos mantenía llenos los cofres del gobernante. Sin embargo, el sistema estuvo bajo tensión con la costosa e infructuosa campaña de Shah Jahan para capturar Samarcanda, la antigua tierra natal de los Mughals, en 1646, y con los igualmente costosos esfuerzos de su hijo Aurangzeb de extender el imperio hacia el sur.

Shah Jahan fue destituido por su hijo Aurangzeb en 1658 y pasó el resto de su vida en prisión. Bajo el reinado de su hijo el imperio finalmente sucumbió a las incursiones y campañas militares de los británicos a comienzos de los 1700.

Como Musulmán practicante Shah Jahan, al igual que su abuelo Akbar, trajo a su corte partidarios de varias sectas del Islam, al igual que sacerdotes de otras religiones, incluidos los cristianos, para escucharlos presentar sus creencias. Los visitantes europeos a la corte Mughal se hicieron más frecuentes durante el reinado de Shah Jahan y les fue permitido establecer puestos de comercio en la periferia del imperio y aún más allá, pero nunca fueron influyentes en la corte.

Puede parecer un poco chocante para el lector comparar las encarnaciones previas del Maestro Kuthumi con la de Shah Jahan. ¿Qué podría ser más opuesto en carácter que aquel sacerdote mendicante Francisco de Asís? ¿Fue acaso esta encarnación un medio de ajustar el balance kármico de los extremos de la devoción cristiana de Francisco? Quizás. Pero cuando miramos la encarnación del Maestro como Koot Hoomi Lal Singh, su última antes de ascender, vemos como todas las vidas previas se unieron en la lucha por difundir el movimiento teosófico a través del subcontinente Indio, Europa y América a finales del siglo diecinueve.

Mahatma Koot Hoomi Lal Singh - 1800's

Durante el último cuarto del siglo diecinueve los Maestros Kuthumi y Morya trabajaron juntos con Helena P. Blavatasky y Henry Steele Olcott para formar la Sociedad Teosófica.

Durante los primeros años anteriores a la fundación formal de la sociedad en Nueva York, el Maestro Morya junto con otros devas y elementales precipitaban información a madam Blavatsky y al coronel Olcott para que ellos escribieran Isis Develada, libro que revelaba la existencia de un gobierno mundial interno bajo el escudo de la Gran Hermandad de la Luz y una sabiduría profundamente enterrada en los antiguos misterios que unían a todos los movimientos religiosos del mundo.

Cuando la Gran Hermandad de la Luz ordenó a Blavatsky y a Olcott que fueran a la India, el Mahatma Koot Hoomi o Kuthumi comenzó a representar un rol mucho más activo en ayudar a los dos fundadores a establecer la Sociedad Teosófica en Adyar, India. El Maestro Kuthumi con frecuencia se materializaba frente a los fundadores, les daba instrucciones, y desaparecía. A veces les enviaba a su discípulo Djwal Khul para que les llevara algún mensaje y les diera instrucción.

Durante la lucha para establecer la Sociedad Teosófica en Bombay y luego en Adyar, los fundadores fueron atacados por todos los flancos, sin embargo los Mahatmas solo podían advertirles acerca de las olas de disidencia, las sanguinarias batallas, y las traiciones que estaban por venir, pues, bajo las leyes cósmicas, ellos tenían que hacerse a un lado y permitir que los fundadores libraran la batalla.

Durante este tiempo los dos Mahatmas, con la intervención inicial de Blavatsky, precipitaron una serie de cartas al editor de un periódico británico llamado A.P. Sinnett, y a A.O. Hume, un amigo y compatriota del servicio civil Británico, ambos residentes en Simla, la capital de verano británica en la India. Un movido intercambio de cartas precipitadas entre los partidos tuvo lugar en la dimensión etérica. Estas caían del techo, aparecían de la nada sobre un escritorio, o las traía algún mensajero. Es en esta serie de cartas que posteriormente fueron conocidas como las cartas del Mahatma que uno se da cuenta, aún hoy en día, de la clara y casi cortante lógica e intelecto del Maestro Kuthumi en sus tratados sobre temas que varían desde lo filosófico hasta lo mundano, como las necesidades diarias de la administración de la naciente sociedad.

Sin embargo tal razonamiento y lógica pura no penetraron el intelecto pues él tenía que combatir el tan arraigado sentido de superioridad racial entre la educada elite colonial británica. El Maestro argumentó y explicó a estos individuos de mente concreta y aún así lógica la teoría evolutiva del mundo, los cálculos matemáticos que la prueban, y los grandes movimientos de las ‘yugas' o edades. Sin embargo, después de varios intercambios, ninguno de ellos se convertiría en iniciado de los Maestros ya que ellos nunca pudieron superar del todo su sesgo racial de que una persona de piel morena pudiese ser de inteligencia superior que ellos. Aún así el Maestro Kuthumi nunca, ni por un segundo, se echó para atrás en su posición de combatir el estrecho intelectualismo de este tipo de gente, argumentando firmemente y con la más pura intención y lógica. La esperanza de la Gran Hermandad de la Luz fue que una clase de gente tan educada y culta como esta sería capaz de llevar el mensaje de la teosofía alrededor del mundo como un respetado movimiento de pensamiento.

El Maestro Kuthumi ascendió en la última parte del siglo diecinueve pero continuó guiando y entrenando a la segunda generación de líderes teosóficos, es decir a la sra. Annie Bassant y a Charles W. Leadbeater, comunicando a través de ellos obras iluminadas acerca de la Gran Hermandad de la Luz y El Camino que los discípulos alrededor del mundo podrían seguir para ayudar a promover el importante trabajo de la Hermandad.

En Inglaterra él también se apareció a Alicia A. Bailey cuando ella era una niña para identificársele a ella. Él más adelante dio instrucciones a su antiguo discípulo, ahora el Maestro tibetano Dwjal Khul, para que se hiciera cargo de dar forma a la exteriorización de enseñanzas adicionales al mundo a través de ella. Para 1949 la sra. Bailey ya había comunicado veinticuatro volúmenes de enseñanzas del Maestro tibetano, enseñanzas cuya relevancia aceptan los iniciados de hoy día.

Se dice que en años recientes (tiempo de la tierra) el Señor Maitreya, quién ocupaba la función del Cristo, dejó vacante su posición como Maestro del Mundo haciendo camino para que el Maestro Kuthumi asuma esta posición. A través de este corto repaso de las vidas anteriores del maestro Kuthumi podemos estar seguros de que el siguiente Maestro del Mundo conocerá íntimamente las aflicciones y tribulaciones de la vida en la tierra, sin embargo, él espera el momento apropiado para aparecer, todavía no sabemos de que forma, para impartir las enseñanzas de la nueva era

Byron Picado Molina

SOCIEDAD BIOSÓFICA NICARAGUA (SBN)

Estelí,Nicaragua.

América Central

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1 comentário:

  1. Gracias por tus valiosa publicación, solo me queda agregar, con todo amor y humildemente de acuerdo a mis conocimientos, soy estudiante de metafisica, que el Maestro Koot Hoomi, en la Nueva Era se manifiesta a través de cada facilitador que con todo amor da su clase de Metafísica a aquellos que desean recibirla, no hay canalizaciones, sino simplemente es la energía que ilumina la mente y facilita las palabras. Muchas Gracias. Dios bendice su trabajo.

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