Bienvenid@s!


El Credo de Buda

- No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos.
- No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo crean.
- No creáis en nada porque así lo hayan creído los sabios de otras épocas.
- No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os lo inspira.
- No creáis en lo que dicen las sagradas escrituras, sólo porque ellas lo digan.
- No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano.
- Creed únicamente en lo que vosotros mismos hayáis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen del discernimiento y a la voz de la conciencia.

BUDA

2011/04/23

Llamado a orar, para la Red de Oración. - Cristo Samana para Vida Orante

A los orantes de la Red de Oración
Con gratitud a lo Alto, les enviamos en anexo el Mensaje “A Mis Seguidores de la Misericordia”. Junto a dicho mensaje enviamos también una propuesta de trabajo orante.
Que unidos en el sagrado servicio de la oración, podamos honrar lo que recibimos de lo Alto.
Con gratitud y alegría por la fraterna unión,

Red de Oración Planetaria

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A Mis seguidores de la Misericordia.
Llamado a orar, para la Red de Oración.

Permitan que en este momento el Rayo de la Misericordia Divina, el que Yo derramo en Gracia sobre el mundo entero, se afiance en el interior de vuestras moradas.

¡Caminen soldados de la oración!, y abran la senda para que descienda Mi Victorioso Corazón de Paz y de Amor. Estoy con cada uno de vosotros y atento a la mirada del mundo que clama por la Gracia y la Redención.

Miembros luz deben manifestarse en este tiempo de caos, para que las nuevas semillas den su fruto y el árbol pueda cortar sus raíces terrenas. Avanzad, con la meta de transformar vuestras vidas en instrumentos de Mi servicio al Plan de la luz.

Ha llegado la hora de purificar y de andar, tal como necesita el alma y el espíritu.

Por esto, quien permanece bajo Mis Rayos Misericordiosos, no perecerá en ningúnbmomento, porque Yo lo defenderé de los embates del enemigo.

Pero vosotros debéis creer en la potencia de Mi Misericordia, la que es derramada con el agua de la Fuente Única que desciende de los cielos. Para que esta agua purifique al mundo entero, debe haber seres luz, capaces de estar dispuestos a beber de ella, y que en armonía la compartan entre todos.

Como humanidad, vosotros ya conocéis la verdad de este mundo, y Yo os digo, que multipliquéis, generéis y aumentéis el poder de la oración misericordiosa, para que el Ángel de la Justicia alivie el peso del proceso la liberación en este mundo.

Quien se resista a estar cerca de la mano de Mi Padre, poco lo alcanzarán los Rayos Misericordiosos. Ya os he dicho que estamos en los tiempos Misericordiosos, pero vosotros deberéis saber que se aproxima el ciclo de la Justicia Divina.

No quedará piedra sobre piedra; tampoco existirá templo sobre templo. Las altas torres de la humanidad comenzarán a caer por el propio peso de la desobediencia a la ley, y para esos momentos, queridos Míos, la mayoría de las almas deberán tener preparada la morada para que Yo entre y los proteja.

Vosotros debéis tener paz y no martirizaros por lo que está sucediendo en el mundo; sabed que los profetas fueron voces vivas que pocos escucharon. Por esto debéis cuidar con amor todo mensaje que os llega de Mí o de otros instructores de la Luz, para que así sepáis con qué llave abrir la Gran Puerta de la Salvación.

Os pido oración para que la esperada tercera guerra entre los hombres no se proyecte a los planos materiales. La fuerza de la oración misericordiosa les permitirá permanecer delante de las dificultades. Ya ha llegado la hora de que Mis seguidores coloquen en práctica toda la instrucción recibida, porque así podréis ayudar en la salvación de otros seres.

Todo el conocimiento transmitido en estos últimos tiempos os servirá para practicar la templanza. Toda la formación recibida en estos últimos tiempos os servirá de escudo para generar una protección sobre vosotros mismos. Todo el amor irradiado en estos últimos tiempos será la llama ardiente que os guiará por el camino hacia Mí.

Y allí Yo estaré para recibiros y bendeciros con Mi luz.

Por esto, todos vosotros estáis a tiempo de perdonar, de trascender y de avanzar. La escalera que os unía al ayer, se ha convertido en la redención del hoy. No perdáis tiempo en lo superfluo, os necesito, con convicción y firmeza, unidos a Mi Tarea Mayor.

Puentes de la Misericordia se seguirán abriendo, a través de los corazones humanos, para que la piedad descienda y cambie los acontecimientos planetarios. Reunid grupos de almas orantes para aliviar el peso de este mundo, porque cada vez que parece recuperarse, la humanidad lo hace caer.

Alimentad vuestros seres con el manantial de la Misericordia. Bebed de la Fuente de Vida, atributo inagotable para la renovación del espíritu. Os llamo a todos vosotros para que me acompañéis a aliviar las almas, para que se disuelva el sufrimiento, para que todas las consciencias sean elevadas en dirección a Mi Corazón.

Llamad por la presencia de Mi Misericordiosa Piedad para que el mundo en transición y en destino, alcance la paz infinita. Recordad que estamos en vísperas de recordar el momento en que el Maestro aceptó beber del cáliz de este mundo, para salvarlo y rescatarlo.

Ahora ya muchos son los cálices de entrega y sacrificio que serán ofertados para beber en nombre de todas las almas, que deben vivir su propia liberación y su propia paz. Quien alcance el mérito de vivir en estado de Gracia, debe recordar la alianza que debe mantener Conmigo.

Dejad que la luz de la instrucción os penetre, para que la morada interior os guíe por la senda que asciende a Mi Presencia. Sed fuertes, valientes y amorosos, para que una parte de esta humanidad alcance la Misericordia, porque así, todos vosotros seréis misericordiosos con vuestros hermanos.

Bienaventurados los humildes de corazón, porque serán tabernáculos de Mi Corazón.

Bienaventurados los orantes, porque ellos alcanzarán Misericordia para el fin de
estos tiempos.

Oremos por la Paz en el mundo. Os observo, os cuido, os sigo y os guío desde cerca.

En la Luz.
Cristo Samana.
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PARA RESPONDER AL LLAMADO, PROPONEMOS:

Impregnados por el amor de Cristo, como soldados de la Oración y de la Luz, vamos a activar
la llama en cada uno de nosotros y en cada uno de nuestros hermanos. Vamos a unir nuestros
corazones y nuestras almas al Amor Mayor. Vamos a buscar y a expandir la paz interior.

Repetir 10 veces cada una de las siguientes frases:

1. Que de la Fuente Sagrada llegue la Paz para el planeta.

2. Que el Amor Divino envuelva a todas las criaturas.

3. Que podamos unirnos fraternalmente.

4. Que la Luz de Cristo resplandezca en todos nosotros.

5. Que podamos reconocer nuestro origen divino.

6. Que la Misericordia Divina inunde nuestras vidas.

Al final de cada decena, repetir las 3 frases siguientes:

En Cristo encuentro la Paz.
En Cristo encuentro el Amor.
De Cristo recibo la Misericordia.

Al final, repetir 6 veces:

Que podamos servir al Bien Universal.


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